viernes, 2 de febrero de 2007

Acaso sea lícito afirmar que todo niño que juega se conduce como poeta, creándose un propio mundo…situándolo como loas cosas de su mundo en un orden nuevo, a pesar de la carga de afecto que lo satura, el niño gusta de apoyar los objetos y circunstancias tangibles y visibles del mundo real.
…el poeta hace lo mismo que el niño que juega: crea un mundo fantástico y lo toma muy en serio, esto se siente muy íntimamente ligado a él, aunque sin dejar de diferenciarlo resueltamente de la realidad.
Pero de esta irrealidad del mundo poético nacen consecuencias muy importantes, pues mucho de lo que siendo real no podría procurar placer ninguno, puede procurarlo como juego de fantasía y muchas emociones en si mismas pueden convertirse en una fuente de placer para el auditorio del poeta.
…Cada fantasía es una satisfacción de deseos, una rectificación de la realidad insatisfactoria…

El Juego

La mano es solo un rayo digital de la justicia.
Ningún espacio cede su propia causa cierta y cada mundo asciende
su encandilado sitio entre los mundos”



Lucía Carmona.

1 comentario:

Javi dijo...

que la poesía nazca de mundos fantásticos, que la realidad del mundo real se convierta en poesía, y que los poetas sean niños y los niños siempre poetas.
que la fantasía del juego se haga realidad y que nosotros, todavía niños, aspiremos eternamente al equilibrio sin alcanzarlo...
es lícito.