martes, 2 de enero de 2007

Matizando…manchas…

De tono a color, de matiz a valor…de masas densas a superficies livianas…
De agua a aceite…de aceites a pigmentos…
De líneas a superficies de coloreadas…

Lo inesperado va tomando preeminencia, convirtiéndose en el protagonista de la escena. Hablo de la escena real en tiempo y forma…
Existe como en todo anhelo algo que se “espera”, algo que se “busca”…y la búsqueda comienza a hacerse empírica en la labor…pero justamente es en ella donde lo imprevisto va tomado partida para consumir al artista…Y que no se crea por ello, que éste da grandes satisfacciones… todo lo contrario, termina por sentirse una sensación de insuficiencia, de no poder lograr lo que se “esperaba”…

Pero el tiempo también toma su escena… deja a la obra en su reposo, y empieza a apropiarse de ella, sin mas, que en el paso de mismo…
Así la obra vuelve a re-presentarse al artista algo extraño, …se presenta en la pureza del momento inconciente de …quien sabe?...el artista no se reconoce por momentos, …y es allí donde reside la mayor riqueza para este de la obra…

La línea y la mancha van apropiándose del espacio…no sólo del espacio que las contiene sino también de todo aquello que las rodea….del tiempo, del espacio…inmensurables en sus parámetros,…ellas dominan y predominan la escena.
Tanto así que pasan a llamarse en el transcurso del tiempo en “obra”?

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